⚽ Cómo deberíamos jugar al fútbol entre amigos después de los 50
Old Boys no es simplemente un grupo que juega al fútbol. Es una comunidad de amigos que lleva más de 27 años compartiendo mucho más que pelotas y goles. Aunque marcamos oficialmente nuestro inicio allá por 1999, nuestras raíces vienen de más atrás. A lo largo del tiempo, hemos crecido no solo en edad, sino también en vínculos, solidaridad y afecto. Hoy, entre nosotros hay compañeros de entre 30 y 72 años, pero la mayoría ya pasó la barrera de los 50. Y justamente esa diversidad es parte de lo que nos hace especiales.
Ya no somos solo un equipo que se junta cada semana. Somos un grupo humano que ha sabido estar presente en los buenos y malos momentos, en los cumpleaños y en los hospitales, en las celebraciones y en los silencios. Desde ese lugar de amistad sincera nace esta reflexión, que siento necesaria y oportuna.
A esta altura de la vida, el fútbol entre amigos no debería ser una batalla, ni mucho menos vivirse como una final de campeonato. Jugar, después de los 50 —o de los 30, o de los 70— es un privilegio. Es una oportunidad para movernos, reírnos, disfrutar, y reconectarnos con esa pasión que nos acompañó desde chicos.
Ya no hace falta correr como a los 20 (comprobado cada sábado), ni discutir como a los 30 (algo que no podemos evitar), ni meter la pierna como si estuviéramos en una final barrial. Hoy se trata de jugar tranquilos, sin nervios ni egos. De cuidarnos entre todos, de evitar reclamos o roces innecesarios. Nadie está peleando por un contrato. Acá el único objetivo es disfrutar, evitar lesiones y terminar el partido con la misma sonrisa con la que empezamos.
La verdadera victoria está en poder seguir viéndonos cada sábado, en abrazarnos después del juego, en compartir una cerveza, un asado, una paella o una charla sincera. Porque si algo nos enseñaron los años, es que los goles se olvidan... pero la amistad, no.
Por eso, juguemos con pasión, sí —pero también con madurez, con alegría y con gratitud. Porque el mejor partido que podemos ganar es el de seguir siendo amigos después de cada encuentro.
Y me pareció justo decirlo: queremos seguir disfrutando del fútbol sin lastimarnos ni pelearnos, porque muchos de nosotros esperamos con ansias el sábado. No solo por los goles, sino por las frías, el asado, y ese rato único que compartimos entre amigos. Que siga rodando la pelota… pero sobre todo, que no se nos caiga la sonrisa.
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